Clorofila líquida ¿la fuente de la eterna juventud?

La clorofila ha sido catalogada como uno de los componentes vivos más poderosos de la naturaleza. En los últimos años, se ha hablado mucho de sus propiedades y de la importancia de su consumo. Sin embargo, aún quedan muchas dudas sobre su acción específica en el cuerpo y la manera en que nos vemos beneficiados por ella.

La clorofila es un componente que utiliza la luz para llenar de energía vital a las plantas dándoles su color verde. Es el equivalente de la hemoglobina humana por lo cual su consumo ayuda a aumentar la calidad y cantidad de glóbulos rojos además de oxigenar el cuerpo. Esto se verá reflejado en un bienestar puro para el cuerpo.

Cuando la clorofila es ingerida por medio de los vegetales no es liberada completamente y por tanto no es suficientemente absorbida por el organismo. Así pues, mi recomendada de hoy es su versión líquida que llega directamente a la sangre multiplicando así sus beneficios.

¿Que hace en nuestro cuerpo la clorofila líquida?

• Aporta energía vital gracias a su proceso de fotosíntesis.
• Desintoxica y oxigena nuestras células.
• Favorece la digestión y es un gran diurético.
• Es una fuente fácilmente digerible de vitaminas y minerales, que apoya la circulación sanguínea, intestino, riñones e hígado, al ayudar a equilibrar nuestro metabolismo.
• Posee acción antioxidante. Nutre y fortalece los sistemas circulatorio e intestinal. La clorofila disminuye de forma significativa el colesterol.
• Ayuda a eliminar el mal aliento y los malos olores corporales

¿Cómo puede consumirse?

• Shots de jugo de pasto de trigo (wheatgrass): Se obtiene por medio de un extractor de jugo y se toma en ayunas.
• En polvo o en gotas: se disuelve en agua el polvo o las gotas de clorofíla que se consiguen en las tiendas naturistas.
• En jugos y batidos de verduras de colores verde intenso (espinaca, kale, acelga, perejil, rúgula...)
• Consumiendo Espirulina: Alga llena de poder y clorofíla que puede ser consumida como polvo disuelta en agua o como pastillas.

Por: Maria José Marroquín, Editora Fucsia.co

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