Posiciones sexuales y embarazo ¿existe alguna relación?

Revista Fucsia, 16/2/2018

Existe la creencia de que ‘el misionero’ y ‘el perrito’ le dan a la pareja un mayor chance de conseguir un embarazo. ¿Es cierto? Expertos explican la hipótesis.

Posiciones sexuales y embarazo/ Foto: iStock - Foto:

No hay ninguna prueba científica de que alguna posición sexual esté por encima de otra a la hora de lograr un embarazo”. La afirmación es contundente y en esta coinciden dos expertos en fertilidad consultados por FUCSIA. Lo que sí existen, según el doctor Enrique Sánchez, ginecólogo y obstetra de la Clínica de Fertilidad InSer, en Medellín, son posiciones que ofrecen mayor comodidad y placer y que, luego de la relación sexual, pueden ser benéficas para este fin. “La del ‘misionero’, por ejemplo, ha sido tradicionalmente la más usada por esta razón”, afirma el experto.

La del ‘perrito’ también y por un poderoso motivo: “Son posiciones en las que la penetración es más profunda, por lo tanto permiten que, al eyacular, el esperma quede mucho más cerca del cuello uterino que con cualquier otra”, afirma la psicóloga sexóloga Julene Ortiz de Zaldumbide. Esta hipótesis fue corroborada por un estudio del equipo de investigadores del CMC Beau Soleil en Montpellier, Francia, que tomó imágenes por resonancia magnética (IRM) de parejas en estas posturas. ¿La conclusión? La punta del pene alcanza las áreas entre el cuello uterino y las paredes vaginales en ambas posiciones. ‘El misionero’ permite que el pene alcance la parte delantera del cuello uterino y la posición del ‘perrito’, la parte posterior, por lo que la penetración es más profunda.

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Sánchez explica que las mejores –las que pueden brindar mayores probabilidades de lograr un embarazo– son aquellas que ayudan a alcanzar una conexión más intensa entre la pareja; es decir, las que le den la posibilidad de conseguir una mejor calidad en el orgasmo y que luego de la eyaculación masculina le permitan a la mujer sentirse cómoda para que no se pierda el volumen del semen eyaculado.

Pero ‘el misionero’ y ‘el perrito’ no son las únicas. Según Ortiz, hay algunas variaciones que también se pueden usar con este fin. “Por ejemplo ‘el misionero’, pero que la mujer tenga la pelvis elevada, ya sea manteniendo la posición ella misma o con la ayuda de una o varias almohadas o cojines. Otra buena variación que puede facilitar la concepción es que la mujer, recostada en la espalda, ponga las piernas lo más cerca posible de su cabeza, mientras el hombre la penetra. La posición en ‘cucharita’ también funciona porque la pelvis de la mujer queda en la inclinación ideal para que el esperma llegue al cuello uterino”.

Para el doctor Juan Luis Giraldo, ginecólogo especialista en reproducción humana, las posiciones son irrelevantes pues el proceso, después de una relación sexual, es el mismo. “Durante esta, el semen entra a la vagina y luego pasa al moco ovulatorio (el que parece como clara de huevo). Los espermatozoides alcanzan rápidamente esa interfase líquida, que es una autopista por la cual estas células masculinas suben por el cuello del útero, entran por la cavidad de este órgano y se meten a las trompas de Falopio para encontrarse al óvulo”.

Agrega también que no es necesario subir la pelvis ni levantar las piernas después de una relación sexual para aumentar las posibilidades de embarazo. “Lo importante es que después de esta la mujer no se haga duchas vaginales porque en ese caso sí podría afectar la posibilidad de embarazarse”.

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Entonces, ¿qué es relevante para que las relaciones sexuales sean efectivas?

“Obviamente que coincidan con el periodo fértil de la mujer, que arranca más o menos unos cinco días antes de la ovulación. Esto quiere decir que si la mujer tiene un ciclo de 28 días, está ovulando, aproximadamente, hacia el día 14 y su periodo de mayor fertilidad estaría entre el día 9 y el día 16”, aclara el doctor Giraldo y añade: “El día de máxima producción de moco vaginal ocurre generalmente dos días antes de la ovulación y marca los días de máxima fertilidad; es más eficiente una relación sexual el día de máxima producción de moco vaginal que el mismo día de la ovulación”.

Para Ortiz, que la mujer logre tener un orgasmo también puede contribuir a la concepción, pues las contracciones uterinas que se dan espontáneamente durante este ayudan a darle más fuerza al esperma para llegar a las trompas de Falopio. “Si se tiene suficiente potencia y control en el músculo pubococcígeo es posible hacer esas contracciones voluntariamente, lo que puede provocar el orgasmo en la mujer”. También indica que después de la eyaculación es mejor que el hombre retire el pene de la vagina cuando este ya esté flácido para evitar que salga parte del esperma y que la mujer permanezca un rato acostada, aunque no hay evidencia científica al respecto.

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