María Juliana Marín, columnista invitada Fucsia

Año Nuevo, emprendimientos nuevos: tips legales para emprender y no morir en el intento

Por María Juliana Marín

24/1/2023

Si quieren emprender en moda, hay una parte creativa que no se puede pasar por alto, hay que protegerla y esto se hace a través de las herramientas que nos da la propiedad intelectual.
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Siempre que comienza un nuevo año, muchas personas incluyen en sus propósitos el de hacer realidad el sueño de emprender. Sin embargo, emprender y más en un país como Colombia no es algo que se pueda tomar a la ligera, no basta únicamente con tener un sueño, tener talento o ser creativo para hacerlos realidad, hay muchísimos factores que hay que tener en cuenta para que ese sueño no termine volviéndose una pesadilla.

Es importante que antes de comenzar se trace un mapa de ruta, esto incluye tener un plan de negocios definido, saber qué es lo que vas a vender, ya sea un producto u ofrecer un servicio. Además, tener claro a quién se lo quieres ofrecer, su precio y, por supuesto, no olvidarse de todas las personas que están involucradas en el proceso, esto incluye clientes, trabajadores y todos aquellos que terminan interviniendo en alguna etapa.

Muchos emprendimientos, por no decir que todos, comienzan desde la informalidad y dar ese paso de dejar de ser un emprendedor para ser un empresario es algo que a muchos les da miedo, es normal, pero si algo he aprendido en el camino, es que, si uno no se cree el cuento, nadie lo va a hacer por uno. Sí, hay muchas responsabilidades, papeleos y trámites, pero también hay beneficios y ventajas.

Otro aspecto que se suele pasar por alto, muchas veces porque el emprendimiento se hace con personas cercanas o con familiares, es el tema de los contratos, se cree que no los necesitan y que eso solo es una formalidad, y no se imaginan lo necesarios que son. Ya sea con los proveedores, con los trabajadores, con quien maneja las redes sociales o con los vendedores, con todos ellos necesitan dejar las reglas del juego claras y esto es mejor hacerlo en un contrato.

A todo esto hay que sumarle que si quieren emprender en moda, hay una parte creativa que no se puede pasar por alto, hay que protegerla y esto se hace a través de las herramientas que nos da la propiedad intelectual, como el derecho de autor, los registros de marcas, los diseños industriales y las patentes.

Por último y no menos importante, hay que pensar en el cliente, en lo posible pensar de forma empática, pensar en todas esas veces que hemos estado del otro lado de la ecuación y en las buenas y malas experiencias que hemos tenido.

Porque un cliente no es solamente quien nos compra nuestros productos o contrata nuestros servicios, es una persona que está confiando en nosotros, que quiere apoyar nuestro emprendimiento más allá de la transacción económica.

Es una persona que merece tener información clara, que merece que le respeten sus derechos, que le digan cuáles son los términos y condiciones de su compra, cómo puede pedir una garantía... Mejor dicho, que se tenga en cuenta que servicio al cliente no solo es contestar un mensaje o un correo electrónico, es tener claro que en Colombia los clientes se convierten en consumidores y hay una ley especial que los protege.

Revisa cada necesidad legal de tu empresa y si cada una de ellas se encuentra cubierta por algún documento o política legal. No dejes pasar por alto estos aspectos, porque a veces por la parte más débil se rompe la cadena y descuidar alguno de estos aspectos nos puede traer problemas a futuro.

Sobre mí

Abogada de la Pontificia Universidad Javeriana, especialista en derecho comercial y en propiedad intelectual con un Master en Marketing y Comunicación de Moda y en Fashion Law.

Reconocida como la abogada más influyente de Colombia por el Fashion Law Institute de Estambul en 2019. Actualmente es consultora legal de marcas de moda colombianas y latinoamericanas, de influencers y emprendedores. Soy docente, speaker y creadora de contenido digital.

* Las opiniones dadas por María Juliana Marín no representan la opinión de la revista Fucsia.

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