Christian Byfield, el trotamundos que dejó atrás las corbatas para tomar el pasaporte y su cámara

39 países y 754 días, estas son las cifras que mueven a Christian Byfield, pues sólo en el 2022 tuvo que tomar más de 120 vuelos (un avión cada tres días, aproximadamente): “Por ahí dicen que lo único que uno puede comprar que lo hace más rico es un viaje y estoy completamente de acuerdo”.

El bogotano de 34 años es en la actualidad uno de los referentes más importantes del país, y quizá de Latinoamérica, respecto a turismo. Sin embargo, su vida no siempre ha estado llena de nuevas experiencias y viajes a naciones que son a veces impronunciables.

Aunque su contacto con la naturaleza estuvo presente desde la infancia: “Mi papá creció en una finca y yo crecí ahí también. Así empezó mi acercamiento con la naturaleza, con los pájaros, con el viajar. Yo iba con mi papá y le preguntaba: ‘Cómo se llama ese pajarito’, ‘cómo se llama ese árbol’...”, comentó Byfield para Fucsia, recordando sus primeros pasos en las travesías que, seguramente, harán parte del resto de su vida.

Antártica, Camboya, Vietnam, son algunas de las naciones que penetraron en la mente de Christian cuando aún estaba en el colegio y escuchaba a sus experimentados profesores. Fue así que se enamoró de la idea de recorrer el mundo y decidió estudiar Antropología y Biología. Muy pocos imaginan que este hombre de apariencia y espíritu aventurero terminara estudiando Ingeniería Industrial con énfasis en Finanzas.

Yo estuve cinco años encorbatado, vida corporativa. En aquel entonces mi primo más rico y exitoso era ingeniero industrial, trabajaba en banca de inversiones, entonces dije: ‘Toca seguir este modelo’. Para mí el éxito era ser el presidente de una empresa grande, trabajar como un loco, pensionarme y disfrutar la vida, pero yo siempre me he cuestionado mucho lo que pasa y las decisiones que tomo: ‘Esto no va conmigo, esto no encaja mucho’

Christian Byfield

Después de no haberle podido celebrar el cumpleaños número 60 a su padre por trabajo y buscar empleo como azafato para recorrer el mundo, un día Christian quiso cambiar el rumbo de su vida para siempre y tras renunciar a las oficinas y a “solo 15 días de vacaciones al año”, se determinó a explorar culturas y lugares enviando durante dos años sus crónicas a la revista de una aerolínea:

“Me dicen: ‘Usted escribe horrible, usted escribe como un ingeniero’. Pero lo tenía en mente y durante dos años les mandé miles de mails contando mis travesías en Irán, en Fiji, toda mi vuelta al mundo. Hasta que me dijeron: ‘Ahora sí me gusta como escribe, bienvenido’. Fue el día más feliz de mi vida porque me empezaron a pagar por lo que me apasionaba”.

Aunque vive el sueño de muchos al ser reconocido por recorrer continentes cada semana, no todos los aspectos de la vida de Byfield han sido prolijos: “Algo que cansa muchísimo son los aviones, aeropuertos y demás. Cada vez que uno se sube en un vuelo, el cambio de presión es durísimo, por eso los pilotos y las azafatas tienen un control de horas de vuelo que pueden tomar. Yo vuelo más que un piloto o una azafata, eso es superagotador, el cambio de horario, el jet lag es terrible”.

La pasión de Byfield por abrir su mente a través de las travesías en diferentes territorios, culturas y costumbres no solo lo han llevado al éxito de las redes, sino también a ver la vida desde tantas perspectivas como personas ha logrado conocer:

“Viajar es como volver a conectar y es como volver a nuestras raíces de humanos, de una especie que es social y vive en conjunto, y no en un apartamento con mil personas alrededor donde nadie se conoce (...). Hay que darle importancia a los saberes ancestrales, a las medicinas ancestrales, y esa es la conexión que mucha gente busca cuando viaja”.

Christian Byfield es hoy en día un influenciador de viajes, turismo y embajador para diversas marcas, como Mastercard y es respetado en el gremio por su experiencia y personalidad, características con las que ha querido impartir su conocimiento. En Fucsia dio algunos consejos a partir de sus incontables vivencias: “Viajar ha sido un regalo que me ha dado la vida”:

1. Con el BioMig en el aeropuerto le toman una foto a tu iris: “Ahí tienen una migración exprés en la que se pueden ahorrar hasta 40 minutos”.
2. Investigar sobre el país al que van y activar su red de contactos en redes sociales: “Cuando no tengo dónde quedarme pregunto en redes y me hospedo con seguidores y amigos”.
3. Quedarse en hostales sin miedo: “Duerman con el pasaporte escondido o con candado, pero todo lo demás olvídense que los van a atracar, violar o robar porque eso no pasa”.
4. Para términos de tiquetes traten de viajar en temporadas bajas. “Olvídense de Año Nuevo, Navidad, vacaciones de colegios de niños, porque ahí los precios se disparan y los destinos están mucho más poblados, que es mucho menos mágico”.
5. Si tienen tarjetas de crédito, es importante saber los beneficios que estas traen consigo. Yo por ejemplo tengo Mastercard black que tiene un seguro por si se retrasa o se pierde el equipaje, seguro médico, acceso a salas VIP de los aeropuertos y acceso a asistente personal que me ayuda a encontrar actividades entretenidas en el lugar de destino.
6. “En Europa hay una plataforma que se llama BlaBlaCar que uno pone, por ejemplo, voy de París a Madrid. Si yo voy manejando pongo mi carro a disposición de los que quieran y vamos compartiendo gastos de gasolina y sale más barato que un bus, un tren o un taxi”.
7. “Hoy en día viajar con la sim card local o con el roaming es mucho más barato que antes, pero lo importante es que no vivan pegados a su celular, sino que busquen la ayuda, bajen el google maps, pero no vivan pegados al celular porque se desconectan del destino”.