Los alimentos congelados no son los mejores aliados, algunos afectan el corazón

En la actualidad vivimos en una rutina que nos mueve entre los afanes del trabajo, el estudio, la familia, los hijos, el deporte, el ocio... Y buscamos soluciones prácticas que nos ayuden a hacer un poco más llevaderas nuestras obligaciones del día a día.

Es así que los alimentos congelados se convirtieron en la década de 1930, y en especial desde los años 60, en una opción para las amas de casa (en ese momento eran el objetivo especial de mercadeo) y no ha dejado de ser un recurso práctico para quienes viven una rutina agitada.

La oferta es variada y en los supermercados las neveras están llenas de lasañas, pizzas y platos completamente preparados que solo necesitan de unos minutos en el microondas o en el horno para ser consumidos. Pero, ojo, sus ingredientes podrían ser buenos para tu estilo de vida, pero no para tu salud.

Estos son los alimentos congelados que no deberías comprar

En las últimas décadas hemos visto una gran cantidad de estudios que nos demuestran que el corazón es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo y además es también uno de los más delicados. Hay varios componentes que pueden afectar su estado y en los alimentos congelados podemos encontrar varios de ellos.

Para que estos productos cumplan su función de perdurar en nuestra nevera más allá de su conservación por el frío, estas comidas están llenas de preservativos, colorantes para volverse atractivos a nuestros ojos, un alto nivel de sodio para volverse adictivo a nuestras papilas gustativas y tienen gran cantidad de grasas saturadas. Esto, según la revista El Diario, es un coctel nocivo para nuestro corazón.

Algunos de los alimentos congelados no tienen ni siquiera un 30 % de los nutrientes y beneficios de la comida fresca, asegura La Asociación Estadounidense para el Corazón (AHA) y sus niveles de colesterol, azúcar, grasa y sodio son alarmantes.

Estos tipos de alimento que más preocupan a los expertos son las pizzas, las sopas enlatadas, carne en embutido y las comidas completas (por ejemplo, los platos que vienen con todas las guarniciones de proteína, carne y carbohidrato).

Pero no todo está perdido. En el mercado siempre hay opciones saludables, aunque son realmente escasas y hay otros productos engañosos que dicen ser balanceados, pero no lo son, hay que aprender a leer las tablas nutricionales.

Se recomiendan pizzas en masa delgada, bajo en queso y con vegetales. Además las verduras congeladas, aunque no tienen el mismo aporte nutricional que las frescas, son una opción práctica de cena.