Belleza
La revolución de la dermocosmética en Latinoamérica
Suzanne Piqueras de Yanbal comparte su visión sobre un mercado en crecimiento, la innovación científica y la relación entre belleza y bienestar.

Hablar de belleza es hablar de un concepto en constante transformación, una idea que se reinventa según la época, la cultura y la mirada de quien la interpreta. Lejos de ser un estándar rígido, la belleza se ha convertido en un lenguaje propio, capaz de transmitir emociones, identidades y formas de estar en el mundo. Hoy, más que nunca, es un terreno fértil para reflexionar sobre lo que significa sentirse y proyectarse auténticamente.
En ese sentido, la industria de la belleza vive un momento fascinante. No solo acompaña las tendencias estéticas, sino que también se cruza con la tecnología, el bienestar y la autoexpresión. Se trata de un universo que conecta lo íntimo con lo colectivo: lo que elegimos cada mañana frente al espejo y lo que compartimos con una sociedad que dialoga, cuestiona y celebra nuevas formas de vernos.
En conversación con Fucsia, Suzanne Piqueras, directora corporativa de Tratamiento y Cuidado Personal de Yanbal, explica cómo la dermocosmética se ha consolidado como una de las categorías con mayor proyección en Latinoamérica. La pandemia, el auge de las videollamadas y el impacto de las redes sociales han transformado la manera en la que los consumidores perciben su piel y, sobre todo, el nivel de exigencia frente a los productos que utilizan.
¿Qué factores están impulsando esta tendencia en la región?
La pandemia marcó un antes y un después. Pasamos de vernos solo frente al espejo a observarnos constantemente en una pantalla durante reuniones virtuales. Esto generó mayor consciencia sobre la apariencia y motivó la búsqueda de soluciones especializadas. A ello se suma la influencia de plataformas como TikTok e Instagram, que informan —aunque no siempre con precisión— sobre rutinas de cuidado. Hoy tenemos consumidores más informados, con altas expectativas, que exigen transparencia, personalización y resultados visibles.
En el universo del cuidado de la piel, pocos temas han cobrado tanta relevancia en los últimos años como la protección solar. Más allá de ser una recomendación médica, hoy se entiende como un pilar fundamental en la rutina de belleza y salud, clave para prevenir el envejecimiento prematuro y mantener la piel en óptimas condiciones. Sin embargo, el desafío sigue siendo cultural: convertir el protector solar en un hábito cotidiano y no en un recurso ocasional reservado solo para las vacaciones o la exposición directa al sol.

¿Cómo se puede acelerar el cambio cultural hacia su uso diario?
El reto ha sido transformar el protector solar en un hábito esencial. Para eso hemos trabajado en texturas ligeras, fórmulas dermatológicamente probadas y líneas que combinan protección con beneficios de tratamiento facial. Por ejemplo, nuestra línea Total Block Dermafusión integra filtros de amplio espectro con activos como ácido hialurónico y vitamina E, buscando que el uso del protector se sienta natural, parte de la rutina diaria y no solo una medida ocasional.
Cuando se habla de belleza en el presente, ya no basta con pensar únicamente en eficacia: los consumidores buscan productos que respondan a un compromiso más amplio, donde la ciencia, la innovación y la sostenibilidad se entrelazan para ofrecer soluciones conscientes. La cosmética se enfrenta así al reto de crear fórmulas que no solo funcionen, sino que también respeten la piel, el entorno y la experiencia de quien las usa.
Innovación, ciencia y sostenibilidad son pilares de su trabajo. ¿Cómo se materializan en un producto?
Total Block Dermafusión es un claro ejemplo. Fusiona alta protección solar con propiedades de skin care en texturas innovadoras, como el gel terciopelado que actúa incluso como primer. Además, hemos desarrollado líneas para pieles sensibles que fortalecen el microbioma cutáneo con activos clínicamente respaldados. La innovación no está solo en el ingrediente, sino en cómo se entrega y en la experiencia sensorial que ofrece.
En un escenario donde la competencia internacional marca el ritmo del mercado, diferenciarse exige más que tecnología avanzada: se trata de entender a profundidad a quienes están al centro de cada producto. La belleza, además de ciencia y desarrollo, tiene un componente emocional que toca la autoestima y la manera en que las personas se relacionan consigo mismas. Es allí donde radica la verdadera fortaleza de una propuesta que combina innovación global con sensibilidad local.b
¿Qué diferencia a su propuesta frente a otros jugadores internacionales?
Conocemos profundamente a nuestros consumidores en la región. Al mismo tiempo, trabajamos con centros de investigación en Francia y Estados Unidos, lo que nos permite unir lo mejor de la ciencia mundial con el entendimiento local. Esa combinación de visión global y conocimiento regional nos da la capacidad de ofrecer productos únicos, diseñados para responder a las necesidades específicas de los consumidores latinoamericanos.
Además de la ciencia, existe un vínculo emocional entre belleza y autoestima. ¿Cómo lo abordan?
Para nosotros la autoestima es un pilar. Nuestros productos buscan mejorar la salud y apariencia de la piel, pero también acompañar a las mujeres en su desarrollo personal y profesional. Queremos que se sientan seguras, poderosas y con herramientas reales para impactar positivamente en su entorno. El cuidado de la piel no es solo estética, es bienestar y confianza.
Mirar hacia el futuro de la dermocosmética es asomarse a un terreno donde la ciencia y la innovación prometen transformar por completo la forma en que entendemos el cuidado de la piel. Las fronteras entre tratamientos clínicos y productos de uso cotidiano comienzan a desdibujarse, dando paso a soluciones cada vez más sofisticadas, sensoriales y accesibles. Lo que viene no es solo evolución, es una revolución en la manera de relacionarnos con la belleza.
Finalmente, ¿qué tendencias marcarán el futuro de la dermocosmética?
La innovación vendrá de la mano de nuevos ingredientes, texturas y tecnologías de aplicación que permitan alternativas eficaces a tratamientos invasivos. Estamos trabajando con laboratorios de última generación para llevar la eficacia al siguiente nivel y ofrecer resultados comparables con procedimientos clínicos, pero de manera más accesible y segura. El futuro está en productos que rompan esquemas, combinando ciencia y sensibilidad hacia el consumidor.