Relaciones
5 Formas de hacer que la confrontación sea menos intimidante
No tiene por qué ser un proceso terrible, de hecho puede resultar bastante positivo siempre y cuando sigas estos consejos.
¿Cuántas veces has pospuesto hablar de un problema con alguien simplemente porque "no te gusta la confrontación"? Ya sea que se trate de un conflicto con tu pareja, colega, amiga o jefe, muchas de nosotras tememos tener que plantear nuestros problemas tanto, que simplemente preferimos dejarlo para después. ¡Y con toda la razón! Por lo general un desacuerdo es realmente incómodo, y ¿quién en su sano juicio no evitaría sentirse incómoda pudiendo simplemente ignorarlo y evitarlo? Preferimos barrer el problema debajo del tapete y esperar que desaparezca. Desafortunadamente esta no es la solución.
Así que a continuación hemos recogido cinco prácticos consejos para hacer que la confrontación sea menos intimidante.
1. Motívate
Hasta que no aceptes que algo tiene que cambiar para que las cosas funcionen, nada va a mejorar. Y cuando estás nerviosa o tienes miedo de hablar, es fácil convencerse de que mantenerte en silencio es la mejor opción. Escribe todos los problemas que experimentas cuando evitas la confrontación. Quizás te vayas a tu casa después trabajo sintiéndote estresada. O tal vez tu relación se daña cada vez más cuando permites que sigan haciendo eso que tanto te molesta. Voltea la hoja y haz otra lista con lo que podrías ganar si vences el miedo de enfrentar el problema. Imagina cómo podría mejorar la relación, cómo podría resolverse el problema, cómo podrías ser más feliz. Sé específica.
Ahora cada vez que sientas la tentación de permanecer callada, lee ambas listas. Identifica las razones lógicas y racionales por las que debes confrontar a alguien, incluso cuando te da miedo, y será como ese empujoncito extra de valentía que necesitas para hacerlo.
2. Valida su perspectiva
Tal vez no siempre puedas entender cómo se siente la otra persona, pero lo que sí puedes hacer es escucharlos y comprender su perspectiva. Solo entonces, estarán ellos abiertos a escuchar la tuya. Hasta que no valides primero su punto de vista, es más difícil que entiendan el tuyo, así como si no siente que los escuchas, tampoco estarán dispuestos a escucharte. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con ellos, pero puedes reconocerlo diciendo algo como: "Comprendo tu punto de vista, ahora ¿estás dispuesto a intentar ver el mío?"
3. Planifica la conversación
Si deseas tener una conversación productiva, antes de empezar ten claro lo que quieres expresar y cuál quieres que sea el resultado en términos de: el ideal y el aceptable. Esto no quiere decir que debas entrar a las conversaciones con un libreto, pero tal vez sí puedas tener en mente algunos puntos clave.
4. Tómate un descanso si lo necesitas
Las confrontaciones y los conflictos a menudo pueden ser emocionales, nos guste o no. Por eso si te sientes nerviosa, vale la pena tomarse un minuto para hacer una pausa y retomar la conversación más tarde.
5. Deja que tu cuerpo hable también por ti
El lenguaje corporal es clave. Incluso antes de que digas algo, la persona que está sentada frente a ti puede entender en qué tónica estás entrando a la conversación. Si te muestras abierta a escuchar, la gente se dará cuenta de eso. Mientras que si llegas a la defensiva, o con ganas de salir del paso, también lo sentirán. Entonces evita cruzar los brazos y piernas y procura sentarte junto a la persona con la que estás hablando para hacerlos sentir que estás de su lado, y estás lista para escucharlos.
Al final te das cuenta que es cuestión de inteligencia emocional.