Salud
‘Peegasm’: la peligrosa práctica sexual que se ha vuelto viral en las mujeres
Al parecer, se cree que hay una relación entre las ganas de orinar y el placer.
¿Podemos relacionar la orina con el placer sexual? Alrededor de la sexualidad y de la búsqueda de nuevas experiencias, cada día surgen nuevas actividades para lograr un orgasmo. Pero no porque una actividad se vuelva viral, quiere decir que no es peligrosa. Entre los adolescentes se ha vuelto común escuchar sobre el ‘peegasm’. Pero, ¿en qué consiste? La idea de esta controvertida práctica es aguantar las ganas de orinar lo que más se pueda hasta sentir placer.
Es por esto que se dio el origen de la palabra con sus raíces en inglés: pee (orinar) y orgasm (orgasmo). Hay muchas personas en todo el mundo que dicen haber aguantado la orina y en el momento en el que fueron al baño después de haber aguantado durante horas, se produce un orgasmo.
¿Por qué podemos sentir placer si no orinamos?
Hay que entender primero cuáles son las partes de nuestro cuerpo que se involucran en este proceso. El portal MedlinePlus afirma que la vejiga es capaz de almacenar casi 600 mililitros de orina. Cuando está en su tope, es posible que la cantidad de líquido estimule el suelo pélvico generando una ligera sensación de placer.
Es por esto que incluso quienes tienen sueños eróticos cuando duermen en la noche puede generarse debido a la acumulación de orina que se da durante el descanso y desencadena momentos placenteros involuntarios. Sin embargo, está práctica está completamente alejada de ser algo saludable. Por el contrario, es muy peligrosa.
La ginecóloga Charlotte Elder asegura para el portal ABC que dicha búsqueda controvertida de placer en la que aguantas la orina y no la dejas salir cuando tienes las ganas de ir al baño puede generar grandes daños en el cuerpo humano. Especialmente, en la vejiga: “Las vejigas deben tratarse con respeto. Es importante ir cuando tienes que ir, no cuando estés a punto de reventar”.
También asegura que una vez la vejiga presenta daños, es muy difícil, por no decir imposible, lograr repararla. En primer lugar, porque la gran cantidad de orina acumulada, con el tiempo puede agrandar el órgano cambiando su forma, haciendo que no tengamos la misma capacidad de retener el líquido como antes.
Esta práctica también se ha relacionado con la producción de cálculos renales, los cuales son muy dolorosos tanto el tenerlos como expulsarlos. Además, esta práctica puede producir cólicos crónicos, infecciones en el tracto urinario y que la orina no siga su conducto regular, como devolverse de la vejiga a los riñones, por ejemplo. Por lo tanto, hay formas más tradicionales, y saludables, de buscar el placer.