Moda

Las tres crisis que reconfiguraron la moda: del boom del consumo al hoy incierto panorama global

Pilar Riaño, fundadora de ModaES España, identificó tres grandes crisis, cuyas consecuencias moldean las estrategias del sector en Colombia y el mundo, según se expuso en el Colombia Fashion Summit.

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En el marco del Colombia Fashion Summit, la industria de la moda se reunió para mirar atrás y reconocer que lo que hoy enfrenta no es un tropiezo aislado, sino parte de una evolución marcada por crisis profundas.

Pilar Riaño, fundadora de ModaES, propuso un análisis con tres grandes momentos que han definido no solo pérdidas económicas, sino cambios estructurales: la recesión global de 2007-2008, la pandemia de COVID-19 y la crisis de incertidumbre vigente. Cada una, dice Riaño, exigió respuestas distintas, generó rupturas y pone al sector ante retos que todavía no se resuelven.

Como expuso esta profesional en la industria textil española, la moda no es una necesidad básica: cuando los bolsillos se aprietan, es una de las primeras cosas que se recorta. Eso ocurrió durante la gran recesión, cuando el consumo global de bienes prescindibles cayó de forma drástica. Restaurantes y ocio comenzaron a capturar parte del gasto que antes se destinaba al vestido.

En ese entonces, según estudios europeos, el porcentaje del presupuesto familiar asignado a moda pasó de alrededor de 9,6 % a cerca de 6,6 % entre 2007 y 2013. (Aunque los países varían, ese tipo de descenso fue un fenómeno común en otras partes del mundo). La recuperación fue parcial: el consumo general se reactivó, pero la moda no logró recobrar su cuota anterior de derroche frente a otras industrias de estilo de vida.

Pilar Riaño, fundadora de ModaES España, identificó tres grandes crisis, cuyas consecuencias moldean las estrategias del sector en Colombia y el mundo
Pilar Riaño, fundadora de ModaES España, identificó tres grandes crisis, cuyas consecuencias moldean las estrategias del sector en Colombia y el mundo | Foto: Inexmoda

Luego vino la crisis de la pandemia, un shock abrupto que desbarató cadenas de suministro, paralizó el comercio internacional y modificó el comportamiento del consumidor. Productos como homewear, deportes y confort casero vivieron un alza mientras los artículos de lujo o moda festiva quedaron relegados. Y al no poder hacer compras físicas, los turistas dejaron de visitar tiendas, impactando los mercados que dependían de visitantes extranjeros.

La crisis de incertidumbre: ¿dónde estamos ahora?

Hoy vivimos una crisis diferente: no hay un evento único causante, sino una combinación de elementos globales que alteran la previsibilidad. Riaño la llama la crisis de la incertidumbre. Conflictos bélicos como el de Rusia-Ucrania, tensiones políticas, el cambio climático, políticas comerciales imprevisibles, inflación persistente y desaceleración en mercados clave como China están afectando tanto al consumidor como a la producción.

Los resultados ya se ven: el mercado global de moda creció apenas un 4,3 % en 2025 respecto al año anterior, según Euromonitor, con un volumen proyectado de € 1.766 mil millones para ese año. En paralelo, grandes conglomerados del lujo muestran signos de debilidad. El gigante LVMH reportó una caída del 9 % en ventas orgánicas en moda y artículos de cuero durante el segundo trimestre de 2025, lo cual refuerza que el lujo tampoco está inmune.

En Colombia, sin embargo, el panorama tiene matices: el mercado de moda experimentó en junio de 2025 un crecimiento nominal del 13 % frente al mismo mes del año anterior, y en términos reales (descontando inflación) del 8,75 %, lo que apunta a una recuperación, acorde a cifras de Inexmoda.

Pero ese crecimiento no borra las preocupaciones: los consumidores son más cautos, buscan durabilidad, buenas prácticas, transparencia y precios ajustados. Riaño indicó que la crisis actual exige tres grandes transformaciones: adaptabilidad estratégica, innovación productiva (cadenas de suministro resilientes) y una propuesta de marca que dé sentido más allá del diseño. En otras palabras: la moda ya no puede permitirse solo verse bien; debe actuar bien, producir bien, responder al entorno con inteligencia, valores y eficiencia.

El diagnóstico de estas tres crisis (financiera, pandémica y de incertidumbre) no es pesimismo: es la hoja de ruta que muchos asistentes al Colombia Fashion Summit esperan convertir en acción. Porque si algo quedó claro es que el sector no tiene margen para lo superficial: el futuro demanda fundamentos sólidos, decisiones conscientes y adaptaciones valientes.