Moda

Moda con propósito: el compromiso sostenible de las marcas toma fuerza global

Con más del 60% de sus colecciones elaboradas con materiales responsables, Mango acelera su transición hacia un modelo circular.

Rediseñar la moda: Mango y el impulso global hacia la sostenibilidad
Rediseñar la moda: Mango y el impulso global hacia la sostenibilidad - Foto: Cortesía

La sostenibilidad en la industria de la moda ya no es una conversación lateral ni un gesto simbólico para tranquilizar conciencias. Es una urgencia. Con una huella ambiental que representa cerca del 10% de las emisiones globales de carbono y un consumo desproporcionado de recursos hídricos, la moda ha sido históricamente sinónimo de impacto. Pero esa narrativa está empezando a cambiar. Lo que alguna vez fue una aspiración —la circularidad, el uso de materiales responsables, la trazabilidad de las cadenas de valor— hoy se perfila como la hoja de ruta inevitable para las marcas que comprenden que el futuro no se improvisa, se diseña con propósito.

En ese contexto, Colombia se convierte en terreno fértil para nuevas prácticas. Con una industria textil fuerte y una comunidad creciente de consumidores más conscientes, el país ofrece las condiciones ideales para que iniciativas sostenibles puedan tener no solo eco, sino también impacto. Y firmas internacionales con presencia local, como Mango, lo están entendiendo.

La marca española, reconocida por su enfoque contemporáneo y su capacidad de lectura de tendencias, ha acelerado su estrategia global de sostenibilidad con acciones concretas. Hoy, más del 60% de sus colecciones integran materiales responsables como algodón orgánico, poliéster reciclado y fibras de origen biológico. Además, Mango se ha fijado metas ambiciosas: alcanzar un 100% de uso de fibras sostenibles para 2030 y lograr la trazabilidad total de su cadena de valor.

Rediseñar la moda: Mango y el impulso global hacia la sostenibilidad
Rediseñar la moda: Mango y el impulso global hacia la sostenibilidad | Foto: Cortesía

Si bien algunos de sus programas más avanzados de circularidad —como la recolección de prendas usadas— se desarrollan actualmente en mercados europeos, la compañía continúa evaluando e impulsando acciones en Colombia que se alineen con esta visión regenerativa. Entre ellas se destacan la curaduría de productos fabricados con menor impacto ambiental y la incorporación de herramientas que promuevan el consumo informado, como etiquetas con códigos QR que ofrecen detalles sobre el origen y composición de las prendas.

Pero la sostenibilidad no se limita a los materiales. También está en la conversación que se genera alrededor del consumo: ¿cómo cuidamos lo que compramos? ¿Cómo aprendemos a alargar el ciclo de vida de nuestras prendas? ¿Qué papel juega cada consumidor en esta ecuación? En ese sentido, Mango busca construir una comunidad más consciente, apostando por la educación, la transparencia y la responsabilidad compartida.

A nivel internacional, la marca también se ha comprometido con los objetivos validados por Science Based Targets para reducir sus emisiones. Su meta es disminuir en un 80% sus emisiones directas y en un 35% las indirectas antes de 2030. Estas cifras reflejan no solo un plan estratégico ambicioso, sino una nueva forma de entender el negocio de la moda: una en la que rentabilidad y responsabilidad ya no se perciben como fuerzas opuestas.

La transformación hacia una moda circular no se logra en solitario. Exige colaboración entre todos los actores: marcas, proveedores, consumidores, reguladores. Y si bien el camino aún es largo, el giro ya comenzó. Casos como el de Mango muestran cómo las estrategias globales pueden aterrizar en lo local con coherencia, impacto y visión. La prenda más valiosa hoy es la que, además de vestir, construye futuro.